La agenda social y política es algo muy importante para Hollywood en estos días, no para Quentin Tarantino. La corrección política es algo que lo tiene sin cuidado
Quentin Tarantino es uno de los directores más importantes de nuestros tiempos. A pesar de no tener estudios especializados en cine, el estadounidense siempre supo que su vida la consagraría al séptimo arte. Con el paso de los años ha logrado entregarnos películas inolvidables que han obtenido el grado de obra de culto, y su última cinta Había una vez en… Hollywood, tiene todo para seguir el paso de sus hermanas. Durante una entrevista exclusiva con Clarín, Quentin habló sobre los detalles en torno a la producción de su novena hija, además, dejó las cosas muy en claro respecto a las historias que escribe y su relación con los discursos políticos y sociales que imperan en Hollywood últimamente.
Durante los últimos años, la industria de cine en Hollywood ha tomado una decisión muy importante: le ha concedido voz a las minorías. Las películas estrenadas por los grandes estudios tienen la característica incluir actores e historias que reflejen a los sectores vulnerables de la población. Con cada nueva superproducción de Hollywood nos encontramos con un relato que le da preferencia a la comunidad LGBTQ+, a los afroamericanos, asiáticos americanos, etcétera. El ambiente mismo exige este detalle para que una cinta se convierta en un éxito, si no es diversa probablemente será señalada de forma negativa por la crítica.
A Quentin Tarantino no podría importarle menos este nuevo requisito impuesto por Hollywood. El cineasta tiene muy claro que las historias de sus películas nunca se verán afectadas por la agenda social de los grandes estudios, para él la operación es muy simple: nunca sacrifiques tus relatos por las necesidades de otro. Esto fue lo que declaró para el portal de noticias argentino:
Yo trabajo muy, muy fuerte, muy duro. Y ninguna crítica social afecta mi trabajo. No es mi trabajo preocuparme por la crítica social, o ese juzgamiento, hago lo que hago, pueden decirme que soy ridículo, o decirme lo que quieran, pero lo que es, es. Lo que no pienso hacer es cambiar mi obra para adecuarme a la actual corrección política. Y no es por esta película sino por todas, todas las veces. Ojalá tu trabajo pueda verse de diferentes maneras en veinte años, me digo.
Quentin también compartió la visión depositada en Había una vez en… Hollywood, película que cierra con su famosa “trilogía de la calamidad” compuesta además por Django Sin Cadenas y Los 8 Más Odiados.
La gente cuando dice Hollywood lo hace en referencia a la industria del cine, y, está bien, eso es parte de toda la película. Mis recuerdos van más allá, tienen que ver con Hollywood, la ciudad, con Los Angeles. Me acuerdo lo que pasaban en los canales de televisión locales. Me encantaba la música que pasaba la 93 KHJ, una estación de radio, y por eso esa radio se escucha a lo largo de toda mi película y narra la historia real. Lo que traté fue recrear esa época que conocí en mi infancia, porque yo vivía en Los Angeles en 1969 y procuré verla con mis ojos de niño, y retratar esos tiempos lo más fiel que me fue posible.
A pesar del reparto noventa por ciento blanco presente en Había una vez en… Hollywood y de las críticas en contra de Tarantino, las cuales piden cancelar al director de la industria por su trato hacia las minorías, el cineasta no está al tanto de lo malo que puedan decir de él; en realidad no le importa y él continuará su camino hacia su décima película, la última de su exitosa carrera.
No estoy en las redes sociales, no tengo Facebook, nunca tuve una cuenta de Twitter, ni Snapchat, ni ninguna de esas basuras, no sé nada de eso. No me fijo qué dicen las noticias acerca de mí online, así que, si en algún país en el que no sé hablar su lengua, dicen algo de mí, no me entero. Puedo escuchar lo que dicen que dicen de mí, pero no me pongo a leerlo, no va a afectar mi día.