Las horas pasan y lel rescate de un niño que cayó a un pozo de 100 metros de profundidad en España se vuelve más angustiante para sus padres y las autoridades.
La familia de Yulen, de 2 años, reportó la caída del bebé alrededor de las 2 de la tarde del domingo (hora local) en la localidad de Totalán, cercana a la ciudad de Málaga, en el sur de España.
El pozo tiene unos 25 cm de diámetro y aproximadamente 100 m de profundidad, lo que complica las labores de rescate.
La condición física del niño es desconocida, pues los rescatistas no habían logrado ubicarlo pasadas 24 horas desde que se reportó su caída.
Los padres del menor están «devastados» y recibiendo asesoramiento de un equipo de psicólogos, dijo Elena Trigo, portavoz de los servicios de emergencia en la región suroeste de Andalucía, a la emisora pública RNE.
Hasta la tarde de este lunes los trabajadores habían llegado a 73 metros de profundidad, en donde se encontraron con un «tapón» de tierra el cual estaba siendo explorado, informó la agencia EFE.
Con ayuda de una cámara encontraron en un punto del pozo una bolsa con caramelos y un vaso de plástico, pero aún se desconoce si esos objetos tiene relación con el niño.
Las autoridades confían en que el bebé haya quedado a salvo en una cavidad.
El niño presuntamente cayó por accidente cuando paseaba con su familia en una finca de un tío del pequeño, informó el diario español El País.
Perforaciones paralelas
Bernardo Moltó, portavoz de la Guardia Civil, explicó a la prensa que hasta ahora las labores se concentran en reforzar las paredes del pozo para evitar desprendimientos.
El plan de las autoridades es perforar agujeros paralelos para tratar de llegar a la posible ubicación del bebé, pero la maquinaria necesaria estaba siendo trasladada al lugar este lunes.
«Hace frío, está húmedo, no es fácil realizar una búsqueda allí… Nadie está preparado técnicamente para rescatar un cuerpo de un espacio tan estrecho», dijo María Gámez, representante del gobierno de España en la provincia de Málaga, a la agencia AFP.
Varias empresas de Andalucía y Cataluña se han ofrecido para colaborar en las tareas de rescate y algunas tecnológicas han adaptado instrumentos para emplearlos en estas labores, explicó Moltó a EFE.
En las labores trabajan unas 100 personas de los servicios de emergencia, bomberos, Protección Civil, del Equipo de Rescate e Intervención de Montaña (EREIM) de Álora y Granada, del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, y trabajadores de empresas privadas.
De acuerdo con reportes de la prensa española, los padres de Yulen, identificados como José y Victoria, sufrieron el fallecimiento de su otro hijo de 3 años, Oliver, cuando paseaban en una playa de Málaga en 2017.
Según el diario español El Confidencial, el pequeño sufrió un ataque al corazón.